Descripción
Se había despertado como todos los días, con la visión grabada a fuego en las retinas y la habitual sensación de alarma pegada a la piel. Abrió los ojos lentamente y alargó el brazo para apagar su despertador, pero no lo encontró sobre la mesita de noche. Lo vio levitando junto con el resto de objetos que había en su cuarto.
Nunca había usado tanta magia estando dormida. Apenas sí podía levantar sus bolis cuando practicaba, en el más estricto de los secretos.
Aquella no podía haber sido una más de sus visiones. Tal vez había sido la definitiva. El sueño completo, ya nítido en todos sus detalles…
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