Las criaturas míticas registradas han sido conocidas desde siempre, es cierto, pero esta vez os contaré un raro caso archivado. Se trata de un secreto de estado que de hacerse público podría causar todo un Apocalipsis humano, un secreto tan importante como lo fue el Proyecto Manhattan en su día, o con tanta repercusión como tuvo el Proyecto: Data P. Este archivo concreto se registró por primera vez en El diario de un cuervo, o al menos eso cuenta la leyenda. Habla de una criatura a quien los habitantes de un pueblo que ya no existe llamaban La bestia del bosque. Una chica de ese pueblo tuvo la ambición de documentar a qué clase de especie real pertenecía esa bestia, y decidió encaminarse hacia su guarida para capturarlo y añadir una nueva especie a lo que ella llamaba El cuarto de las maravillas. Allí ocultaba raras criaturas como a la famosa Martina patas de gallina o a esas extrañas estatuas vivientes del océano, Los nadadores de plomo.
Lo cierto es que la chica no tardó en encontrar a la “bestia”, que se trataba de un ave fénix. Se cuenta que durante unos instantes quedó maravillada con La niebla de sus ojos, pero lo que verdaderamente la dejó Sin aliento fue su plumaje, blanco como el marfil. El ave conocía su superioridad, era agresiva y tenía muy Mala baba, pero pese a eso le dio dos opciones a la muchacha para tratar de saber cómo dirigirse hacia ella, ¿Amor o amo? Y la chica sin meditarlo eligió tratarla con amor y el ave decidió seguirla, complacida. Descubrió que no se trataba de un ave fénix al uso, es decir, se trataba de una rara especie única que se enfrentaba a su Extinción final. Ocultó al fénix blanco consciente de su inmortalidad y así pasaron los años de generación en generación, imparable, incisivo, terrible… hay quien se refiere al transcurrir de tantos años como a La venganza del rey tiempo, y no se equivoca. La familia de la chica siempre la recordó como La campeona de la familia, pues inició todo al criar en cautividad a tan único ejemplar, así como a tantos otros. La particularidad de este fénix blanco es que no estalla en llamas al morir para renacer de sus cenizas, no. Esta rara especie estalla en páginas para renacer como un nuevo libro. Archivaron el origen y la existencia de este mitológico animal, y en su lugar fundaron una nueva editorial bautizada con el nombre del extraño fénix blanco. Lo curioso es que el nombre de la chica que lo capturó nunca trascendió, pero sí lo hizo el de la criatura. ¿Qué cuál es? Su nombre es Titanium.
Mauricio Folk